Saludo del Hermano Mayor

Saludo del Hermano Mayor

saludo

D. Fernando Parejo, Hermano Mayor – Presidente de la Real e Ilustre Congregación de Ntra. Sra. de los Ángeles

 

 

Estimados hermanos y hermanas

Ninguna asociación pública de fieles puede considerarse cristiana si no antepone la caridad como prioridad de su propia razón de ser. Sin caridad, no es posible la hermandad. (“Amaos los unos a los otros como yo os he amado… Juan 13, 34-35”).

El ejercicio de la acción social  para el cristiano nace desde el seguimiento de Dios, que elige a los pobres como destinatarios privilegiados de su obra. El Evangelio nos impulsa al compromiso social, que adquiere pleno sentido cuando se convierte en evangelizador, fructificando en obras de promoción social humana y desarrollo integral de los más necesitados.

Como dice el Papa emérito Benedicto XVI: “La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente. De modo que una permite a la otra seguir su camino”.

 

Nuestro primer deber es asumir la realidad tal y como se nos presenta, comenzando  por fijar la mirada en el otro y estar atentos a las carencias de nuestro prójimo.

La solidaridad es la primera exigencia del Reino de Dios entre los hombres y mujeres.

La parábola del Buen Samaritano (Lucas 10, 25-37) nos recuerda que no podemos vivir indiferentes ante el dolor,  caminando cada uno a nuestro ritmo. Los cristianos estamos llamados a una vida dedicada al servicio solidario de cualquier persona que necesite ayuda,  sin excepción ni distinción por razón de clase, raza o creencia.

No podemos conformarnos con atender la asistencia inmediata a los más necesitados. No basta con darles el pez, hay que enseñarles a pescar.

Necesitan un segundo nivel de apoyo, más lento y menos vistoso a corto plazo, pero mucho más efectivo para superar su situación permanente de pobreza y exclusión social, como es la promoción de acciones de orientación laboral, formación para el empleo, inserción social, microcréditos, etc.

Pero la caridad cristiana debe ante todo favorecer la instauración de un orden social justo, corrigiendo los efectos deshumanizadores de toda clase de abusos y fomentando formas de relación más conformes con la fraternidad humana; ya que  la injusticia  es muy frecuentemente la causa de la pobreza.

Ahora bien, nosotros no podemos caer en un simple activismo social, nuestro ejercicio de la acción caritativa debe ser impulsado por una espiritualidad alimentada por nuestra participación en la Eucaristía,  que es el sacramento del Amor.

El cristiano debe procurar imitar cada vez más y mejor la espléndida caridad de la Virgen María, ya que como dice San Juan Pablo II, Ella “puede guiarnos hacia este Santísimo Sacramento porque tiene una relación profunda con él”.

No me queda más que desearos a todos unas muy felices Fiestas 2015, y, como es tradicional, agradecer a personas e instituciones la colaboración que nos prestan para hacer de las Fiestas Patronales el gran homenaje que el pueblo de Getafe tributa a la Virgen María, bajo la advocación de Reina de los Ángeles.

 

¡Viva nuestra Patrona! ¡Viva la Virgen de los Ángeles!

Fernando Parejo Tornero

Hermano Mayor-Presidente

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